martes, 13 de septiembre de 2011

Miradas

Hay miradas que sin dudas dicen más que mil palabras y que al verlas todas juntas son como espejos del alma.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras pero una mirada dice más que mil palabras, porque todo lo que uno quiere decir puede decirlo con una mirada, porque si la otra persona te conoce y te quiere entiende cada mirada tuya. Cada mirada refleja el alma, refleja un sentimiento, un pensamiento, una sensación.
Hay miradas que cuando miran son hirientes y lastiman, en cambio hay otras tan serenas que consuelan y acarician.
La mirada de una persona puede hasta matarte, desesperanzarte, desilusionarte, herirte y que dejan cicatrices que a veces cuesta curarlas; pero así como hay miradas que matan, hay miradas que sanan, que te traen esperanza y que te traen la paz que necesitas para volver a sonreír, a tener el brillo en la mirada.
Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes, y las hay indiferentes como las de tanta gente.
Con una mirada uno puede decir muchísimas cosas, en una mirada se esconden muchísimos sentimientos y sensaciones; hay miradas llenas de misterio, de tristeza, de soberbia, de felicidad, de amor, de ternura. Pero hay una mirada que puede matar a cualquiera, la de la indiferencia. No hay nada peor para un ser humano que serle indiferente a alguien a quien queremos. Por eso, las miradas de indiferencia, nos hacen sentir que somos menos, que no merecemos la atención de esa persona o que no somos importantes para esa persona.
Hay miradas que ocultan verdades que mucho dañan; y las hay que en la diaria lucha fortalecen y acompañan.
Decimos 'mentiras piadosas' para no lastimar a otros; o si lo queremos llamar de otra forma 'ocultamos verdades' para no dañar a otros... pero no tenemos en cuenta que, generalmente, la mirada nos delata. Hay que ser muy buen actor para ocultar una verdad y con la mirada mantenerla oculta. Por eso duelen tanto cuando "descubrimos" una mirada que nos oculta algo. También hay miradas que de tan solo verlas nos dan fortaleza para seguir en nuestra lucha, nuestra lucha por cumplir un sueño, por obtener lo que tanto deseamos. Si hay algo que nos alegra mucho y nos da fortaleza para avanzar en nuestro camino, es la mirada de un ser querido, la mirada de acompañamiento, que transmite un "nunca te voy a soltar la mano, yo te voy a acompañar en tu camino".
Y hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas.
Lo que más buscamos es una mirada que nos salve, que nos rescate de ser una mirada más entre miles de miradas para pasar a ser una mirada que le importe a alguien, para sentir que valemos la pena.
Y hay miradas que cautivan por lo bellas y profundas, como tu mirada azul, que me atrapa día a día.
Y cómo pasar por alto la mirada de esa persona especial, esa persona que nos quita el sueño? Su mirada nos cautiva y nos hace soñar, que nos atrapa y nos dejan ver a través de su alma, porque son tan profundas que te deja ver cómo es la persona.
Hay miradas que por tristes enlutan a quien las viste, y hay otras miradas dulces que ennoblecen a quien las luce.
Las miradas tristes nos hacen lucir tristes, apagados; en cambio, las miradas llenas de dulzura nos hacen ver radiantes, nobles y alegres... y contagian esa alegría a los que nos rodean.
Hay miradas que derriten hasta el corazón más duro, e iluminan suavemente el pensamiento más oscuro.
Quién no se derrite por alguna mirada? Ya sea de un padre, de un amigo, de un hijo, de un ídolo, de un primo, familiar, etc... A toda persona con pensamientos oscuros, la mirada de una persona los ilumina y, de a poco, los va transformando en una mejor persona.

Por eso es que a veces, simplemente con una mirada nos puede cambiar el día. Porque una mirada, ya sea buena o mala, alegre o triste, es lo que nos cambia la vida. Cuando esa persona nos mira, nos sentimos completos. Una mirada es una de las cosas que más lindas que nos pueden dar. Por eso una mirada es tan importante, porque nos da esperanza y nos hace sentir vivos.



Aldi.-